A un hombre...







Él es un sujeto admirable,
en su camino deja huella
y brilla como una estrella,
directo e indispensable;
con un vigor impalpable
y a la vez muy limitada
tenuemente lacerada,
como un efusivo amante
cediendo su vida errante
a su ética edificada.






Décimas.


En/Inercia.
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2010.