Cuarto de Hotel...



Te vi entrar en un cuarto de hotel,
por la ventana podía ver

como acariciabas su aurora,
lograba escuchar casi lejanamente tus gemidos
y alcanzaba inhalar ese aroma de tu piel.


Sabía distinguir como tu castidad

rodaba sobre sus piernas,
te percibí gestar en sus caderas

su perfume de mujer.
Te vi como la condescendías
a tu manía y a tu querer que olvidaste
que de mis manos tuviste mi vergel.


Hoy aún te veo frecuentando ese hotel,
que cada día lleva una esencia diferente

y que al final sé que ninguna te llena
de pasión como yo lo hice años antes
de entender la escasez de sentir otra tez.


En/Inercia.
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2010.